Reflexión #054

Sólo Se Puede Ir Hacia Desde Donde Voy | Miedo o Amor ¿Desde dónde estamos yendo en la vida?

Hola queridos amigos, bienvenidos a un nuevo encuentro de Cápsulas de Sabiduría. La reflexión del día de hoy la haremos a partir de una frase que me dijeron durante un evento de coaching en el que participé hace unos cuantos años atrás.

La frase que me dijeron fue la siguiente: Sólo se puede ir hacia desde donde voy. Sé que cuando se escucha o se lee la frase por primera vez la forma en que está armada puede generar algo de confusión. Por eso, vamos a analizar la frase con cuidado para captar su verdadero significado.

Para que tenga sentido, la frase debe decirse o leerse de la siguiente manera: sólo puedo ir hacia… desde donde voy. Es decir, la frase afirma que sólo podemos ir hacia un solo lugar, y ese lugar hacia donde podemos ir no es más ni menos que el mismísimo lugar de dónde venimos; el único lugar al que podemos ir es el lugar desde dónde estamos yendo, es el lugar desde el cual estamos partiendo.

¿Y cómo se interpreta esto? ¿Cómo se interpreta eso de que sólo podemos ir hacia el lugar del cual estamos partiendo?

Para ponerlo en términos prácticos, vamos a dar algunos ejemplos. Supongamos que estuvimos estudiando para un examen durante varios días. Realmente lo hicimos a conciencia con lo cual podemos decir que estamos bien preparados. Bien, al momento de rendir el examen podemos ir desde dos lugares, desde la duda o desde la certeza.

Si vamos desde la duda, por más que hayamos estudiado lo suficiente el resultado del examen será pobre. ¿Por qué? Porque como vamos desde la duda, nos sentiremos indecisos y preocupados durante todo el examen. Por lo tanto lo más probable es que finalmente no aprobemos el examen.

En cambio, si vamos a rendir el examen desde la certeza, nos sentiremos con la confianza necesaria para sortear cualquier contratiempo que pueda surgir, tendremos la mente lúcida para responder todas las preguntas que nos hagan y por lo tanto, lo más probable es que terminemos aprobando el examen.

En este ejemplo queda bien manifestado los lugares hacia donde podemos ir: si vamos desde la duda, lo más probable será que desaprobemos el examen, y si vamos desde la certeza lo más probable será que lo aprobemos.

Veamos ahora otro ejemplo. Supongamos que acabamos de abrir un negocio. Desde un punto de vista económico, podemos ir desde dos lugares: desde la escasez o desde la abundancia. Si estamos yendo desde la escasez el negocio no generará las ganancias que deseamos. En cambio, si vamos desde la abundancia, estaremos en condiciones de recibir las ganancias esperadas.

Si hacemos un análisis más profundo, nos daremos cuenta que en cualquier circunstancia de la vida siempre podremos ir desde dos lugares distintos: desde el miedo o desde el Amor. En el ejemplo del examen, ir desde la duda equivale a ir desde el miedo, en cambio, ir desde la certeza equivale a ir desde el Amor. En el ejemplo del negocio, ir desde la escasez es ir desde el miedo mientras que ir desde la abundancia es ir desde el Amor.

En la época que nos toca vivir, donde todo lo que importa es el dinero, esta dicotomía miedo/Amor la podemos plantear también como la dicotomía poder/Amor. El poder lo podemos entender como fama y riquezas, ya que quien busca el poder en el fondo está buscando eso.

Ahora bien, si analizamos más a fondo el poder, nos daremos cuenta que el mismo termina siendo el sometimiento a los paradigmas y arquetipos, ya que el poder es consecuencia de seguir las reglas y designios de turno. Justamente, la ley que se sostiene en la amenaza, es el principio del poder. Sin embargo, ese poder es un poder del afuera, no desde lo propio. En definitiva, no hay libertad. La ley promete el poder sobre el mundo. En cambio el Amor promete la individuación, desde el Sí mismo. Por eso, ir desde el poder sería ir desde lo impropio, desde el deseo del otro. En cambio ir desde el Amor es ir desde lo propio.

De esta forma, la dicotomía se puede resumir aún más diciendo que se puede ir desde lo propio o desde lo impropio. Desde el Ser o el no ser.

El tema, es que sólo en el Amor está la liberación, sólo yendo desde el Sí mismo, desde lo propio somos libres. Por eso el Amor es la verdadera causa de todo, porque es la única energía liberadora, la única energía que rompe las cadenas del afuera. Es creación, creatividad, originalidad en su máxima expresión. Si lo analizamos, el poder en última instancia hace todo lo que hace para buscar el Amor, que es la energía que mueve al mundo.

Entonces, siempre debemos hacernos la pregunta: ¿desde dónde estoy yendo? Debemos estar atentos y empezar a preguntarnos ¿para qué? ¿Para qué estoy haciendo esto? ¿Para qué quiero hacer esto? Respondiendo con sinceridad dichas preguntas podremos saber desde dónde estamos yendo.

Por eso mis queridos amigos, debemos recordar que en la vida siempre podremos ir desde la personalidad, desde el alma, o bien desde el Espíritu, desde el Sí mismo. La diferencia entre ambos caminos está en la libertad. Y la verdadera libertad está en no tener la necesidad de elegir. ¿Y cuando logramos eso? ¿Cuando no tenemos la necesidad de elegir? Cuando vamos desde lo propio, desde el Sí mismo.

Porque en definitiva, mis amigos, sólo tendremos resultados cuando vayamos desde el Sí mismo, ya que el verdadero resultado en cualquier circunstancia es el Sí mismo.

Hasta aquí llegamos con la reflexión de hoy.

Gracias por escuchar y hasta la próxima.

Siempre debemos hacernos la pregunta: ¿desde dónde estoy yendo? Debemos estar atentos y empezar a preguntarnos ¿para qué? ¿Para qué estoy haciendo esto? ¿Para qué quiero hacer esto? Respondiendo con sinceridad dichas preguntas podremos saber desde dónde estamos yendo: desde el miedo o desde el Amor.


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