Hola queridos amigos y amigas, bienvenidos a Cápsulas de Sabiduría. Hoy reflexionaremos sobre una condición que aqueja a la mayoría de los seres humanos: el miedo.
Cuántas veces hemos sentido esa sensación de temor ante algún objeto externo o una situación particular. Ese momento dónde nos sentimos paralizados ante algo que nos desborda y nos llena de angustia y ansiedad. Por supuesto que hay distintos grados y modos con el que ese sentimiento de temor nos arremete. Sin embargo, en mayor o menor medida, siempre generará en la persona una intranquilidad que se manifiesta en ansiedad y angustia.
Antes de seguir adelante vamos a hacer una distinción entre los dos tipos de miedos que podemos tener (esta clasificación la tomaremos del libro “Sobre el Miedo” de Jiddu Krishnamurti). En dicho libro, el cual recomiendo para todos aquellos que quieran profundizar en el tema, Krishnamurti diferencia dos tipos de miedos. Por un lado está el miedo físico, y por el otro, el miedo psicológico.
El primero de ellos, el miedo físico, es aquél que se genera naturalmente en el cuerpo cuando estamos expuestos a una situación de peligro. Por ejemplo, si vamos caminando por la calle, y se nos acerca una persona apuntándonos con un arma, nos sentiremos amenazados y nuestro cuerpo activará todos los mecanismos necesarios para garantizar nuestra supervivencia. De la misma manera, si estamos en el medio del bosque y se nos cruza algún animal salvaje como por ejemplo un oso, nuevamente nos sentiremos amenazados y nuestro cuerpo activará todos los mecanismos de supervivencia, dicho en pocas palabras, el cuerpo nos dispondrá para la huida. En ambos casos es natural tener miedo, sentir temor. No sólo es natural, si no que lo más importante, es saludable sentir miedo en esas situaciones. No tener miedo en esas circunstancias, no es un acto de valentía, si no que por el contrario es un acto de inconsciencia. Podemos decir entonces, que el miedo físico, es un miedo de algo real. Por lo tanto es un miedo de lo que es, es decir, de lo real.
Por su parte, el miedo psicológico es aquel que se produce en la mente ante algo que podría ocurrir. Por ejemplo, si caminamos por la calle y sentimos temor de que alguien nos robe, estamos en presencia del miedo psicológico. Por supuesto, si alguien efectivamente se nos acerca y nos roba, es natural sentir miedo porque estaríamos en el caso anterior, en el del miedo físico. Sin embargo, si siempre que caminamos estamos con miedo a que alguien nos robe, ese miedo es mental, no físico. En este caso, en el miedo psicológico, el miedo es un miedo de lo que no es, es decir, de lo imaginario. Es algo que podría pasar, pero que por el momento no es. Analicemos entonces este tipo de miedo, el psicológico. El miedo físico, como vimos, es natural y saludable tenerlo así que lo dejaremos a un lado. Nos enfocaremos a analizar el miedo psicológico.
Como dijimos, el miedo psicológico, es un miedo concerniente al plano de lo imaginario, de lo que no es. Y pongamos la lupa ahí, en el “no es”. Si analizamos con detenimiento todas las ansiedades y angustias que tienen los seres humanos, veremos que todas ellas radican en la idea de no llegar a ser algo.
Por ejemplo, nos angustiamos cuando creemos que no somos lo suficientemente guapos para encontrar pareja, nos angustiamos cuando creemos que no somos lo suficientemente inteligentes para resolver un conflicto, nos angustiamos cuando creemos que no somos lo suficientemente aptos para lograr una meta, en fin, podríamos hacer una lista y por nombrar algunos más, tenemos: no soy lo suficientemente alto para…, no soy lo suficientemente delgado para…, no soy lo suficientemente joven para…, no soy lo suficientemente valiente para…, y así podríamos nombrar muchos más (seguramente a ti se te están ocurriendo varios más en este momento).
Si analizamos con sumo cuidado todos esos miedos, todas esas causas de angustia, veremos que todos ellos tienen en común el no ser. Es decir, todo miedo psicológico, tiene como raíz, el no ser. Por lo tanto, yendo al fondo de la cuestión, el miedo, en realidad, no es miedo a algo, sino que es miedo a no ser. Y ahí llegamos al punto crucial del tema: todo miedo reside en el miedo a no ser. ¿Y cómo lo afrontamos entonces? ¿Cómo enfrentamos al miedo a no ser? ¿Cómo acabamos con él? ¿Cómo lo disolvemos?
Pues bien, tomando conciencia que siempre somos. Nunca podemos no ser. El Ser antecede a todo. De esta forma, el miedo a no ser, si lo analizamos no tiene sentido. El miedo psicológico no tiene razón de ser, es un truco de la mente. Sólo reposando en las calmas aguas del lago de nuestro Espíritu, de nuestro Ser, nos daremos cuenta que siempre somos, en cualquier acto o circunstancia. Es así como se da fin a la ansiedad y la angustia. Es así como las disolvemos.
Querido amigo, querida amiga, espero que lo que sea verdad para ti resuene en tu corazón, y camines por la vida sobre la plataforma monolítica del Ser.
Gracias por escuchar y hasta el próximo encuentro.