Hola queridos amigos, bienvenidos a Cápsulas de Sabiduría. En este nuevo encuentro reflexionaremos sobre qué es la espiritualidad, sobre qué significa ser espiritual.
Desde que comenzó la denominada Nueva Era (o New Age en inglés) pareciera que la palabra espiritualidad y mejor dicho, el ser espiritual se ha vuelto una moda. La mayor parte de las librerías del mundo tienen definido un sector, que a veces puede ser muy grande, identificado con las palabras New Age. Allí podemos encontrar libros de áreas muy diversas, desde esoterismo, ocultismo, misticismo y religión a desarrollo personal, autoayuda y psicología, pasando también por vegetarianismo, medicina y terapias alternativas.
Todos esos temas, además de estar vinculados por la New Age, tienen en común que caen dentro de la bolsa de la espiritualidad. Para la mayoría de la gente, todas esas áreas que mencionamos, todos esos asuntos, están dedicados a personas que son o buscan ser espirituales. Es por esto que la famosa Nueva Era ó New Age es considerada una época espiritual, una época donde se propicia el desarrollo integral de las personas. Podríamos decir que la New Age es un movimiento que busca que la gente sea feliz, que las personas encuentren la felicidad.
Entonces, ¿lo que propone la New Age es la espiritualidad? ¿Buscando la felicidad somos espirituales?
Pues de mi punto de vista, no es así. Como siempre remarcamos en las charlas, lo que proponemos aquí es sólo un punto de vista, en este caso mi verdad, la cual no tiene porque ser la tuya. Bien, desde mi parecer, ser espiritual, no es más ni menos que vivir lo cotidiano desde el Espíritu, vivir el día a día desde el Espíritu. Cuando vivimos orientados hacia el Espíritu, ahí es cuando somos espirituales. Todo lo demás es secundario. Podemos ser los vegetarianos más estrictos, los instructores de Reiki más experimentados o los seguidores más fieles de alguna religión, sin embargo nada de eso habla de si somos espirituales o no. Si actuamos en la vida desconectados del Sí mismo, por más que hagamos lo que hagamos, no estaremos siendo espirituales.
Por supuesto, no hay nada de malo en practicar alguna de las actividades que mencionamos, en definitiva todas ellas terminan siendo elecciones de vida personales de cada individuo. Lo que queremos remarcar aquí es que ninguna de ellas por sí sola es garantía de la espiritualidad. Dichas actividades sólo serán espirituales para nosotros cuando estén orientadas al Sí mismo.
Y es aquí donde podemos diferenciar la verdadera espiritualidad del espiritualismo. El espiritualismo es una imitación de la espiritualidad, es la pose que adoptan las personas para parecer que son espirituales. Por eso, las personas que forman parte del espiritualismo aparentan ser espirituales, pero en realidad no lo son. Y esto es lo que se vive hoy con la New Age, la cual se convirtió más en un movimiento de apariencias que en un movimiento de espiritualidad real.
Ser espiritual en esta época no es fácil; es una época donde se premia la astucia y la mentira, el ir por detrás. Por eso para ser espirituales debemos lograr el sutil equilibrio entre la materia y el Espíritu. Es decir, debemos estar en el mundo pero sin ser del mundo, sin ser del otro. Debemos estar en el mundo, estudiar, trabajar, pero sin que nos fagocite el estudio, el trabajo, sin que nos devoren los arquetipos y paradigmas de la época. Debemos pararnos firmes frente a la vida y permanecer en nuestros propios deseos.
Es muy simple mi amigo, en la vida podemos tomar dos posturas: desde lo propio o desde lo impropio, es decir, desde lo del otro. Sólo desde la postura de lo propio está la liberación. Sólo posicionándonos desde el Espíritu, es decir, decidiendo tomar postura desde el Sí mismo, lograremos romper con todas las cadenas del afuera. Sólo así seremos espirituales. Y siendo espirituales es como logramos la paz interior, esa paz que nos permite caminar tranquilos por las calles de las ciudades más agitadas.
Espero que lo que sea verdad para ti haya resonado en tu Espíritu, de modo que como individuo puedas levantar la bandera de la verdadera espiritualidad.
Gracias por escuchar y hasta el próximo encuentro.