Hola queridos amigos, bienvenidos a un nuevo encuentro de Cápsulas de Sabiduría. En el día de hoy reflexionaremos sobre las cosas que necesitamos para vivir, haciendo foco en particular en las cosas materiales.
En la sociedad que vivimos constantemente nos bajan línea sobre las cosas que debemos consumir para que nuestra vida sea plena y feliz. A través de cualquier medio, la televisión, la radio o internet, accedemos a un catálogo de las cosas que debemos tener, los bienes que debemos consumir, todo lo material que necesitamos para llevar adelante nuestra vida. En cuanto encendemos la televisión o abrimos una revista, recibimos cual artillería pesada, un bombardeo de los productos y servicios que deberíamos consumir para que nuestra vida mejore. Y es así que vemos desfilar ante nuestros ojos las imágenes de modelos que tratan de inducirnos a comprar aquel producto que promete cambiar nuestras vidas.
Imágenes de la pareja ideal, la familia ideal y el éxito en cualquier ámbito se repiten a cada minuto. Tras ese bombardeo emocional a base de estímulos constantes, la publicidad busca crear en el consumidor la sensación de que el producto ofrecido es exactamente lo que necesita. Y es así que en este contexto de persuasión emerge la nefasta idea del marketing y la publicidad, crear la necesidad en el cliente. Todo el arte de las ventas gira en torno a crear una necesidad en el cliente. Por supuesto que hay cosas que sí son necesarias, pero el marketing, las ventas y la publicidad se vuelven inmorales cuando el único objetivo consiste en vender un producto que el cliente no necesita. Quién lleva al extremo las técnicas de persuasión con el único fin de enriquecerse no es un vendedor sino un rufián.
¿Y todo esto por qué se genera? Porque todo el sistema gira en torno del dinero, del poder. Bajo la búsqueda de fama y riquezas se busca vender todo tipo de producto o servicio a cualquier precio. De esa forma, si nos movemos bajo la inercia del sistema tendremos la sensación de necesitar casi todo lo que pasa por delante de nosotros. Sin embargo, si salimos por un momento de esa inercia, podemos hacernos una pregunta de suma importancia: ¿qué es lo que realmente necesito para vivir?
Si lo pensamos con detenimiento nos daremos cuenta que no son muchas cosas. Por supuesto que todo dependerá del estilo de vida que queramos tener, pero en cualquier caso lo realmente necesario no sale de lo siguiente: un lugar para resguardarnos, es decir, un techo; una cama para descansar; algo de ropa con la cual vestirnos; y obviamente, la comida para alimentarnos todos los días. Podemos agregar alguna que otra cosa más, pero lo esencial es lo que mencionamos.
En ese sentido, podemos alinearnos con la forma de vida del filósofo griego Epicuro, quien planteaba que en la vida el bien era fácil de procurar. Según Epicuro, su plenitud estaba garantizada con pan y agua para alimentarse, una túnica a modo de vestimenta y un techo donde resguardarse. Como vemos, dentro del universo de productos y servicios que nos incitan a consumir, sólo un puñado de ellos son los realmente necesarios.
El problema se genera cuando creemos que lo que necesitamos está fuera de nuestro alcance. En general eso sucede cuando vamos desde el miedo. Debemos eliminar ese temor que nos frena y nos paraliza. Hay que ser como los animales que confían en que todo lo que necesitan está ahí para ellos, todo lo que necesitan, la Naturaleza se los brinda. Pensemos en el caso de un pájaro que decide hacer su nido, su casa. En ningún momento el pájaro está preocupado con el hecho de si encontrará o no los elementos necesarios para construir el nido. No hay miedo, no hay temor al respecto. Da por sentado que encontrará lo que necesita. Así debiéramos encarar nosotros la búsqueda de lo que necesitamos, con esa confianza. Ya que al fin y al cabo, como decía Epicuro, el bien es fácil de procurar.
Mis amigos, hasta aquí llegamos con la reflexión de hoy. Hasta la próxima y gracias por escuchar.