Hola queridos amigos, bienvenidos a un nuevo encuentro de Cápsulas de Sabiduría. Hoy hablaremos sobre la gratitud, ese sentimiento o emoción que parece tan simple pero a la vez es tan amplio.
Durante la vida cotidiana, las gracias van y vienen; si estamos buscando algún lugar, alguna dirección y alguien se nos acerca para orientarnos, terminaremos la conversación con un gracias; si vamos a un restaurant a almorzar o a tomar un café, al momento que nos traigan el pedido lo agradeceremos; si alguien nos pregunta la hora y se la decimos, nos terminará por agradecer el gesto.
De esa manera, la palabra gracias va viajando de un lado para otro. Sin embargo, detrás de la palabra gracias, ¿siempre está la gratitud, siempre está el agradecimiento? No necesariamente. Como siempre decimos en este espacio, lo importante es lo que se dice más allá de las palabras, lo importante es la verdadera intención que hay en ellas. De esta forma, podemos notar claramente cuando una persona a pesar de decir palabras de agradecimiento, en el fondo no expresa gratitud. Del mismo modo, con una simple mirada, con un simple gesto, podemos notar la gratitud que alguien siente aún sin decir una sola palabra.
Si quisiéramos entonces definir la gratitud podríamos decir que se trata de un sentimiento que valora positivamente el comportamiento de otra persona. El agradecimiento surge naturalmente cuando sentimos que la otra persona realiza algo que nos beneficia, cuando creemos que ha hecho algo que es bueno para nosotros. En términos más genéricos, podríamos pensar la gratitud como una respuesta que da la persona hacía algo que le ha sucedido, una respuesta positiva, una respuesta de aprobación. De algún modo, manifiesta nuestro aprecio hacia eso que nos ha sucedido.
Pero si queremos ir a un significado más profundo, a la esencia, entonces me gusta pensar más a la gratitud como una actitud de reconocimiento, un reconocimiento hacia lo que nos sucede. Con esa actitud nos permitimos agradecer por lo mucho o lo poco que tengamos. Ya que en el fondo, lo más importante no es lo que tengamos en sí mismo, sino lo que hacemos con ello. Todo consiste en dar respuesta a la vida con las pocas o muchas armas que tengamos.
En cualquiera de los dos casos, deberemos posicionarnos estratégicamente, usar estratégicamente lo que tenemos para liberarnos. Incluso si no tenemos nada, deberemos usar estratégicamente esa posición para liberarnos. Quizás no tener nada sea un arma en sí misma. En cualquier caso, deberemos dar respuesta desde lo propio.
Debemos dar gracias por lo mucho o poco que tenemos, ya que con eso, si nos posicionamos estratégicamente podremos liberarnos. Tengamos gratitud entonces por esa posibilidad.
Y esa gratitud debe extenderse hacia todo lo que nos rodea, de esa forma nos sentiremos agradecidos hasta con el suelo que pisamos y el aire que respiramos. Agradecidos con la Naturaleza, con el Sol. Ahí nos sentiremos conectados con el mismísimo planeta.
El agradecimiento verdadero, la gratitud genuina permite ver las cosas con otros ojos, nos permite contemplar la energía que conecta todo en el universo, nos permite estar cara a cara con el Amor. Por eso, como mencionamos anteriormente, tengamos gratitud por la posibilidad que tenemos, por la posibilidad de estar aquí y por la posibilidad de liberarnos estemos en la situación que estemos.
Para terminar, les recomiendo escuchar el tema Mis Ojos del grupo mexicano Maná.
Haciendo eco de lo reflexionado, me despido diciéndoles gracias por escuchar y hasta el próximo encuentro.