Hola queridos amigos, bienvenidos a un nuevo encuentro de Cápsulas de Sabiduría. En el día de hoy hablaremos sobre la filosofía, esa disciplina que nos hace preguntar por las cosas de la vida, que nos hace preguntar por el sentido de esas cosas.
La filosofía nos invita a pensar, a meditar, a reflexionar. Pero con un detalle, a pensar por nosotros mismos, a dejar de ser pensados por el otro. ¿Y cómo realizamos esa reflexión? ¿Cómo meditamos sobre las cosas de la vida? Pues bien, preguntando. Llevando la pregunta a su máxima expresión, es decir, preguntar el porqué del porqué del porqué. ¿Y para qué sirve cuestionarlo todo? Para algo importantísimo, para cuestionar todo lo que viene de afuera. Por eso en la antigua Grecia, cuna de la filosofía occidental, Sócrates caminaba por Atenas haciéndoles preguntas a los ciudadanos.
Ahora bien, la ciencia en si misma también se hace preguntas. Entonces, ¿en qué se diferencia la filosofía? ¿En que varían las preguntas de la filosofía con las de la ciencia?
Se diferencian en el carácter de la pregunta, en el sentido de la pregunta. Mientras la ciencia se pregunta por el cómo de las cosas, la filosofía se pregunta por el qué, por la esencia de las cosas. Mientras la ciencia se pregunta por el funcionamiento del universo, la filosofía se pregunta por la esencia del cosmos y la existencia. A través de la física, la química, la biología, la ciencia busca explicar el comportamiento del mundo. La filosofía va más allá. En la filosofía hay un deseo de saber más de lo que se nos presenta, ir más allá de lo aparente. Es ir en busca de la verdad. Por eso Platón afirmaba que los filósofos aman contemplar la verdad. Y de ahí la etimología de la palabra, amor por la sabiduría, amor por la verdad.
Si bien la filosofía se hace preguntas sobre una diversidad de cuestiones, la existencia, el conocimiento, la moral, la belleza, el lenguaje, en todas ellas lo que busca es llegar a la verdad. ¿Pero a qué verdad debemos arribar? A la nuestra, debemos llegar a nuestra verdad, a nuestra propia verdad. Por eso, la célebre frase de conócete a ti mismo que estaba inscripta en el templo de Delfos, ya que para arribar a nuestra verdad, para construir nuestra verdad, debemos conocernos a nosotros mismos.
El mundo está armado para que no nos hagamos determinadas preguntas. Los paradigmas y arquetipos de la época atentan hacia aquel que busca cuestionarse la realidad que le rodea. Por eso lo valeroso de la actitud que tomó René Descartes, que se permitió dudar de todo. Cómo hizo Descartes, nosotros también nos debemos dar lugar a dudar de todo lo que nos rodea. ¿Para qué? ¿Cuál es el sentido de dudar de todo lo que nos rodea? El objetivo de eso es poner en duda la verdad que nos quieren imponer desde afuera. Comenzar a escuchar con atención lo que el otro nos dice, qué es lo que realmente nos dice. Correr el velo de la verdad entretejida por los paradigmas y arquetipos del mundo, de la cultura y de la familia.
Desde que nacemos, llegamos al mundo desde el deseo del otro y a medida que vamos creciendo vamos recibiendo estímulos de todos lados. Todo el mundo nos tironea para que aceptemos su verdad. Para cuestionar todo eso, para ponerlo en duda, se requiere coraje, valentía. Y también responsabilidad. En algún momento debemos tomar la responsabilidad de nuestra vida y buscar nuestra propia verdad, construir nuestra propia realidad. Recordemos que la verdad no se puede explicar, sólo se puede mostrar. Por eso la filosofía no busca explicar la verdad, sino encontrarla. Es un camino para que la verdad se nos muestre de frente, es un camino para que miremos en nuestro interior y encontremos allí lo que estábamos buscando.
Por eso, desde mi punto de vista, la filosofía es reflexionar en busca de la verdad, ¿qué verdad? La nuestra, la propia. Las respuestas están en nuestro interior, no en el afuera. El sentido está en nuestro interior, no en el afuera. La filosofía es una disciplina que nos permite ir más allá del ruido, más allá de la niebla, más allá de las apariencias, más allá de una realidad que se nos impone como incuestionable.
La filosofía nos propone ir más allá de la verdad del otro para encontrar nuestra propia verdad. Nos permite romper con las cadenas del afuera, nos invita a liberarnos, a ser libres. Porque en definitiva, la verdadera piedra filosofal está en nosotros, en nuestro Espíritu.
Bueno, hasta aquí llegamos con la reflexión de hoy. Gracias por escuchar y hasta la próxima.