Hola queridos amigos, bienvenidos a un nuevo encuentro de Cápsulas de Sabiduría. Hoy hablaremos sobre una película norteamericana de 1946 que trata sobre el delicado equilibrio que se requiere para estar tanto en el mundo material como en el mundo espiritual, tanto en lo mundano como en lo sutil.
La película en cuestión es El Filo de la Navaja, la cual está basada en la novela homónima del escritor William Somerset Maugham y está protagonizada por Tyrone Power, Gene Tierney y Anne Baxter.
La película comienza con el personaje del mismísimo escritor, el cual nos dice que la historia trata sobre los recuerdos que él tiene acerca de un joven muy especial con el que estuvo en contacto durante espaciados intervalos a lo largo de su vida. El joven se trata de Larry Darrell (Tyrone Power), a quien conoce durante el verano de 1919.
Larry fue piloto en la primera guerra mundial; y debido a lo vivido durante la guerra, donde uno de sus compañeros murió a costa de salvarle la vida, comenzó a buscar respuestas sobre el sentido de la vida.
Larry está comprometido con Isabel (Gene Tierney) quien es la sobrina de un multimillonario bastante presumido y superficial que vive en París. Por el momento Larry se las arregla para vivir con una pequeña herencia de unos tres mil dólares anuales, razón por la cual es tildado de holgazán y de no querer trabajar, tanto por su prometida como por su tío. Incluso, llega a rechazar un muy buen puesto de trabajo como corredor de bolsa.
Larry decide entonces emprender un viaje a París para aclarar sus pensamientos. Lo que inicialmente parecía ser un viaje de un año se fue extendiendo con el tiempo, y es así como Larry comienza a recorrer el mundo en busca de respuestas, pasando por la India y los Himalayas, y es allí, en las cimas de las montañas donde finalmente encuentra el sosiego espiritual que anhelaba. Recién en ese momento, siente que está listo para regresar al mundo, esta vez, para compartir con otros lo que había encontrado.
Pasaron así diez años desde que Larry había emprendido su búsqueda interior. De vuelta en París, se reencuentra con su ex prometida, Isabel, donde se entera que ella y su marido han perdido todo por la caída de la Bolsa de Nueva York. En una salida nocturna se encuentran con Sophie (Anne Baxter), una amiga de la infancia de Larry, quien se encuentra perdida en el alcoholismo debido a la muerte de su marido y su bebé en un accidente automovilístico.
Debido al cariño que siente por Sophie, Larry decide casarse con ella, buscando quizás salvarla de la depresión en la que se encontraba. Isabel, que todavía estaba enamorada de Larry hace todo lo posible para que el casamiento no se consume e induce a Sophie a perderse nuevamente en la bebida, al punto que Sophie huye y desaparece de la vida de Larry.
Tiempo después, Sophie es asesinada y su muerte reúne a Larry y al escritor durante la investigación policial. Ambos visitan al tío de Isabel en su lecho de muerte. Isabel intenta seducir nuevamente a Larry, pero éste se niega, ya que efectivamente deduce que quién provocó la recaída de Sophie en la bebida y, consecuentemente, su muerte fue la mismísima Isabel. Larry decide entonces regresar a los Estados Unidos para trabajar en una fábrica o taller mecánico.
La película termina con el escritor consolando a Isabel; ella, sabiendo que lo ha perdido para siempre, le pregunta al escritor qué es lo que Larry está buscando, qué es lo que intenta encontrar. Y el escritor le responde que Larry encontró lo que todos quieren y pocos consiguen, la bondad.
Como podemos ver, en todo momento el protagonista de la película, Larry, está decidido a ir en busca de la verdad. Firme en su postura, va sorteando todos los mandatos que le impone la sociedad, todos los designios que vienen del otro: trabajo, pareja y posición social. Durante diez años de su vida se dedica a encontrarse, a conocerse a sí mismo. Cuando lo logra, está listo para probarse en el mundo, está preparado para estar en el mundo sabiendo quién es él, estando orientado hacia el Sí mismo.
Por eso, haciendo referencia al título de la película, podemos decir que como todo aquello que tiene doble filo, la personalidad, es decir el ego, lo puede usar para cortar para bien o para mal. Si la personalidad se orienta hacía el espíritu lo usaremos para lo que debe ser usado. El protagonista de la película, está en todo momento entre dos mundos, lo arquetípico, los mandatos del otro y su propio camino, lo propio. Esos son los dos filos al que está expuesto el protagonista. Como vimos, él finalmente opta por su propio camino, por su propia verdad. Por eso transmite en todo momento esa sensación de libertad, esa sensación de que nada de lo mundano lo puede encadenar o retener.
No se trata de negar el mundo y aislarse en un templo durante toda la vida, sino, como hace el protagonista, se trata de integrar la realidad siendo fieles a nosotros mismos.
Bueno, hasta aquí llegamos con la reflexión de hoy.
Gracias por escuchar y hasta la próxima.