Hola queridos amigos, bienvenidos a un nuevo encuentro de Cápsulas de Sabiduría. En el día de hoy hablaremos sobre el arte, la creatividad y la originalidad.
Sin dudas, una de las disciplinas más difíciles de definir es el arte. No existe una definición universal de arte. Lo que alguien puede considerar como una obra o un hecho artístico, otro lo puede considerar como algo indiferente o desagradable. Pareciera que en las obras de arte se pusiera en juego términos como la belleza, los sentimientos y las emociones. Cuando la obra que contemplamos nos logra transmitir emociones, nos despierta la noción de lo bello creemos estar frente a una verdadera obra de arte.
Pareciera entonces que el arte está más vinculado con el sujeto que con el objeto, con la obra en sí. Por eso es tan difícil de definirla. Por ejemplo, una manera de definir al arte podría ser como si fuera una imitación, una representación de la realidad. Hay una belleza en lo natural que el artista busca imitar, copiar de modo que se haga presente esa contemplación de lo bello. De esta forma, todas las ramas del arte, la pintura, la música, la literatura, el teatro, no serían más que distintas maneras de representar la realidad misma, distintas maneras de contemplar la realidad.
Otra forma de pensar el arte es aquella que viene dada como expresión. Allí, el foco deja de estar en la obra y pasa a estar en el artista ya que lo que vemos en realidad son las motivaciones de éste, su estado de ánimo. El arte como expresión está centrado en el sujeto, a diferencia del arte por imitación que está centrado en el objeto.
Como vemos, el arte es muy difícil de definir. Por eso quizás lo más simple sea considerar al arte como aquello que hacen los artistas.
¿Y qué es un artista? ¿Qué convierte a alguien en artista?
Bien, un artista es un autor. Es alguien que crea, que genera algo nuevo, que hace crecer, que produce. En el crear está la clave para definir al artista. Alguien que crea es alguien que expresa lo que hay en su interior, una idea, un concepto, alguien capaz de generar algo nuevo, algo distinto, algo único. Por eso crear es lo opuesto a copiar, imitar, repetir.
Esa capacidad de crear, de generar algo nuevo, es lo que conocemos como creatividad. La verdadera creatividad, lo original, sólo es posible cuando somos nosotros mismos, cuando no seguimos a nadie. Por eso las personas realmente originales rompen con los paradigmas de la época, porque no siguen a nadie. Pensemos en personas que hayan dejado su marca en el mundo y en la historia: Buda, Jesús, Sócrates, Bach, Mozart, Beethoven, Wagner, Jung, Gurdjieff, Hesse, Krishnamurti. ¿Qué tienen en común todos ellos? Que todos fueron originales, no siguieron ningún modelo anterior. Por eso fueron iniciados.
Hoy en día es difícil encontrar personas que sean originales. Desde una educación en decadencia sólo se promueve a repetir e imitar. Por supuesto que podemos tomar de otro aquello que tiene valor para nosotros pero sólo para hacerlo propio. Los libros y películas que recomendamos aquí, e incluso las reflexiones que ponemos en el sitio, están para que quién las escuche o las lea saque su verdad y la haga propia.
Eso es apropiarse de algo, no poseerlo, copiarlo o reproducirlo, sino quedarse con una verdad que sea nuestra, no del autor. Debemos hacerlo propio, crear algo propio a partir de eso que aprendimos. No hay que ser obedientes y repetidores, ya que obedecer y repetir no lleva a nada nuevo. Podemos coincidir con alguien, con algo, pero no debemos seguirlo, debemos crear a partir de ello, ser originales.
Por eso Jung decía que la individuación debe ser arte, el arte de cada uno. Toda individuación implica un arteterapia, o sea que cada uno encuentre su propio arte de acceso a la individuación. Recordemos que el camino hacia el Sí mismo es individual. Justamente la palabra originalidad viene de origen, es decir, del Espíritu. Somos originales, creativos, cuando vamos desde el Espíritu, desde el Sí mismo.
Si analizamos lo que buscan los artistas, nos daremos cuenta que la mayoría busca permanecer en el tiempo a través de la obra, que su nombre sea recordado. Como plantea Sócrates en El Banquete, el hombre busca la inmortalidad. La misma se encuentra en el Espíritu. Por eso, en definitiva, la verdadera obra del artista, es él mismo, su propia vida. Realmente es un concepto liberador.
Por eso mis amigos, una obra no es arte por estar exhibida en un museo. El verdadero arte es autenticidad, es la manifestación del Sí mismo. Como decía Heidegger, el arte es una manera de reconocer al Ser.
Hasta aquí llegamos con la reflexión de hoy.
Gracias por escuchar y hasta la próxima.