Hola queridos amigos, bienvenidos a un nuevo encuentro de Cápsulas de Sabiduría. Hoy hablaremos sobre el libro Cómo Ganar Amigos e Influir Sobre las Personas de Dale Carnegie.
Se trata de un libro que se publicó por primera vez en 1936 y con el tiempo, se convirtió en uno de los mayores bestsellers de su género. Básicamente el libro profundiza sobre las relaciones humanas y toda la psicología que se pone en juego al momento de relacionarnos con otras personas.
La idea principal que transmite el autor es que es posible cambiar el comportamiento de los demás si cambiamos nuestra actitud hacia ellos. Por eso se trata de un libro que es ampliamente difundido en los sectores de ventas, marketing y liderazgo; se trata de un clásico en todos esos ámbitos.
El libro está estructurado en cuatro partes. En la primera de ellas se brindan técnicas para tratar con el prójimo; en la segunda parte se presentan distintas formas de las que nos podemos valer para agradar a los demás; la tercera parte está enfocada a la persuasión, es decir, a la capacidad de convencer a una persona para que piense de una determinada manera; y por último, la cuarta parte está orientada al liderazgo. Como vemos, es un libro dirigido principalmente al desarrollo de habilidades de persuasión y liderazgo.
Sin embargo, de lo que me interesa que hablemos en el día de hoy es sobre el análisis de la crítica que se hace en el libro. Recuerdo que cuando lo leí, el análisis de la crítica era una de las cosas que más me habían llamado la atención. Dicho análisis viene dado prácticamente en la primera parte del libro.
Una de las ideas que allí se exponen es que la crítica hacia los demás es inútil porque pone a la otra persona a la defensiva y en general sólo logra que la misma trate de justificarse. Por eso no tiene sentido criticar o regañar a alguien. La crítica es peligrosa porque lastima el orgullo, hiere el sentido de importancia de la persona y despierta su resentimiento. En otras palabras, es como si le quitáramos reconocimiento.
Está demostrado que el aprendizaje en cualquier ámbito es mucho más rápido y efectivo premiando el buen comportamiento que castigando el malo. A través de la crítica nunca se logran cambios duraderos, y con frecuencia, lo único que se consigue es crear resentimiento. Y esto puedo ser muy nocivo. El resentimiento que engendra la crítica puede desmoralizar compañeros de trabajo, miembros de la familia y amigos, y aún así no se logra corregir la situación que se ha criticado.
Uno de los ejemplos que se cita en el libro es el de un coordinador de seguridad de una empresa constructora. Una de sus responsabilidades era hacer que los obreros usaran sus cascos siempre que estuvieran trabajando en la obra. Cada vez que se encontraba con un obrero sin casco, le ordenaba con mucha autoridad que cumpliera con las ordenanzas. Como resultado obtenía una obediencia desganada, y con frecuencia, los obreros volvían a quitarse el casco ni bien les daba la espalda. Decidió entonces probar con un método diferente, y cuando volvió a encontrar a un obrero sin casco, le preguntó si el casco le resultaba incómodo o no le iba bien. Después le recordó, en tono amistoso, que el casco estaba para protegerlo de golpes y le sugirió que lo usara siempre que estuviera en la obra. El resultado de esa actitud fue una mayor obediencia a las reglas, sin resentimientos ni tensiones emocionales. Claramente vemos aquí como se logra una apertura en la otra persona cuando la crítica no está enfocada en una falta.
Cualquier persona puede criticar, censurar y quejarse, pero se necesita carácter y dominio de sí mismo para ser comprensivo y ver lo bueno en los demás. Como bien se dice, un hombre demuestra su grandeza por la forma en que trata a los demás. Por eso en lugar de censurar a la gente, lo mejor es tratar de comprenderla, tratar de imaginar por qué hacen lo que hacen.
De esta forma, el autor nos presenta una regla de oro para tratar con las personas: no criticar, no condenar ni quejarse. La clave entonces está ahí, en no criticar. ¿Y por qué es así? ¿Por qué simpatizamos y caemos bien cuando no criticamos? Porque cuando se critica se pone el énfasis en una falta. Se quita reconocimiento a la persona, se le transmite que es menos de lo que debería ser, de algún modo se pone el foco en el no ser.
Por supuesto que la crítica en algunos casos es necesaria e importante pero la misma debe ser oportuna. Debe darse en el momento exacto, ni antes ni después. Y para que sea efectiva debe ser dada más como un consejo que como una crítica en sí misma. Recordemos siempre que uno de los anhelos más profundos del ser humano es el de ser reconocido, por lo tanto, siempre será mejor compartir un elogio, un aprecio justo y honrado que una crítica tosca y sincera.
Bueno, hasta aquí llegamos con la reflexión de hoy. Gracias por escuchar y hasta la próxima.