Y como las cosas no pasan por casualidad, en ese momento que comenzaban a surgir dudas con mi trabajo, llegó la propuesta de un viejo conocido para iniciar un negocio de marketing. Decidí entonces dejar la ingeniería y dedicarme de lleno al negocio. Finalmente, el negocio no resultó pero despertó en mí el impulso emprendedor y a partir de eso, mi rumbo viró hacia las finanzas.

Por cosas del destino y el corazón, decidí irme a vivir a Bolivia, puntualmente, a la ciudad de La Paz. Allí me desempeñé como docente y continué con mi interés por las finanzas. Creía que en el sector financiero sería más probable hacer una diferencia económica que me permitiera más adelante dedicarme a lo que deseara. Sin embargo, la diferencia económica nunca llegaba y comencé a sentirme ansioso y frustrado.

Fue en ese momento cuando decidí parar la pelota y hacer un replanteo de mi vida. Me di cuenta que casi todo lo que hacía, lo hacía buscando esa bendita diferencia económica. Dicho en pocas palabras, mi sentido estaba puesto en el dinero.

Comencé a preguntarme entonces qué era lo que realmente deseaba hacer y así, volví a reconectarme con las actividades que más placer me producían: la filosofía, la psicología, la espiritualidad, la literatura y el cine. Poco a poco, me fui dando cuenta de algo que siempre intuí: que la plenitud en la vida se logra cuando comenzamos a hacer las cosas que más nos gustan. Y es que en ese “hacer lo que más nos gusta” se pone en juego algo más profundo: cuando hacemos lo que nos gusta, es más sencillo ser uno mismo. Y ahí estaba la clave de todo, en ser uno mismo.

Cuando comencé a escucharme, todas las respuestas que buscaba afuera, las encontré dentro de mí. Y es así como llegó una reconversión total de mi vida: de ser ingeniero y estar en busca del dinero, pasé a hacer las actividades más importantes para mí y así, los resultados que esperaba comenzaron a llegar. La plenitud ya no la debía buscar afuera, estaba dentro de mí.

Luego de años de recorrido y mucho trabajo interno, que incluyen años de psicoterapia, coaching y metafísica, me surgieron las ganas de compartir toda esa experiencia con quien quiera escucharla. De compartirla con quien esté buscando respuestas, con quien se considere un buscador de la verdad.

Y es así como nació Cápsulas de Sabiduría, un espacio para darle a otros la oportunidad de reconectarse con uno mismo. Mi querido amigo, mi querida amiga, esa es la propuesta que te hago, que te des un poquito de tiempo a la semana, para que poco a poco descubras tu camino, no el camino que los otros esperan para vos, sino el camino que vos decidas construir.